CANARIAS: DEL DIÁLOGO SAHARAUI A FAVOR DE LA PAZ EN EL SÁHARA

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– Canarias: referencia del diálogo saharaui y de toda iniciativa a favor de la paz en el Sáhara

Rafael Esparza Machín*

 Desde un principio Canarias siempre ha estado vinculada a la orilla africana por su situación geográfica y por compartir una misma población de origen amazigh. Incluso desde su incorporación a Castilla mantuvo vínculos con la otra orilla en unas relaciones ambivalentes entre intercambios económicos y relaciones conflictivas de ida y vuelta, que siguieron incluso cuando nuestras relaciones básicas estaban centradas en el continente americano.

En el siglo XX, nuestras relaciones se incrementaron y pasamos a ser la intendencia de la intervención española, no sólo en el Sáhara marroquí sino también en el Golfo de Guinea

La descolonización nos afectó de una forma muy directa al coincidir, además, con la apertura del Canal de Suez, situación que empeora con el comienzo de actos hostiles en el territorio con ataques y muertes de pescadores y transportistas canarios.

Poco a poco la situación fue cambiando y hoy en día, vuelven a establecerse fuertes relaciones comerciales y humanas con la otra orilla, no sólo marroquí, sino también mauritana. Las Palmas vuelve a ser la referencia más cercana a la realidad europea para los países del entorno y convirtiéndonos en una plaza importante en aspectos sanitarios, educativos, recreativos y comerciales.

Todo ello conduce a plantearnos el establecernos como una plataforma de paz y seguridad para él África Occidental, en especial para la zona macaronésica y saheliana.

Hoy nos encontramos con una nueva oportunidad de manifestar nuestra voluntad para colaborar en los procesos de pacificación.

Hace dos años, en la primera conferencia del M.S.P. se hizo una declaración que tuvo acogida en todas las instituciones afectadas por el contencioso del Sahara. Ahora tenemos la ocasión de reafirmarnos en nuestra posición de resolución del problemas en beneficio de todos. Para los que viven en los campamentos y para los que viven en el Sáhara marroquí, que son la mayoría de la población censada en 1974 y de sus descendientes.

La resolución del conflicto utilizando como herramienta la autonomía del Sáhara dentro del reino de Marruecos, es la mejor, y la única solución al conflicto y por supuesto para Canarias. La garantía de tener un país en progreso y en paz como nuestro vecino más próximo que recoge en su Estatuto de Autonomía para el Sáhara, la potestad de establecer acuerdos de colaboración con autonomías fuera incluso delReino de Marruecos. Esto significa la posibilidad para Canarias de volver a tener los fuertes lazos de relaciones humanas y comerciales que tuvimos en un pasado reciente.

Desde Canarias debemos apostar por la solución autonómica y prepararnos para establecer las mejores relaciones con un pueblo que compartió una andadura común hasta no hace mucho y que hoy se mantiene compartiéndola a pesar de las trabas que siguen existiendo.

Por supuesto, España en su conjunto se beneficiará de la solución autonómica. Se mitigará el error cometido en 1956 por la dictadura franquista, de no haber devuelto a la completa soberanía marroquí todo el territorio que España ocupaba, creando así un problema que ya ha durado demasiado tiempo y costado mucha sangre, sudor y lágrimas en las poblaciones de ambas orillas.

Ahora es fundamental conseguir un consenso entre todos los saharauis, estén donde estén, para establecer mejores condiciones de convivencia y autogobierno, que repercutan en la mejora de sus condiciones de vida con efectos sociales, políticos y económicos óptimos. Hay fuertes obstáculos para conseguir estos objetivos y destacaría los tres más importantes:

El primero, la posición argelina que continúa queriendo su salida atlántica y su posición hegemónica en el Magreb.

El segundo, el obstáculo existente dentro de la propia oligarquía del Polisario, que ha encontrado un modus vivendi, privilegiado y que comparte con una serie de organizaciones afines que se benefician mutuamente y no están dispuestos a perder estas prebendas, sin tener en cuenta los sufrimientos de una población cautiva en unos campamentos, donde no se respetan los derechos humanos y políticos de una mayoría silenciada.

En tercero, la falta de unidad entre las tendencias saharauis que tienen su realidad en el interior del Sáhara marroquí y que muchas veces destacan más sus diferencias que los intereses generales de la población.

Yo soy optimista acerca del futuro, porque actos como este se encaminan a una buena solución y espero que en una próxima conferencia estén representadas todas las tendencias que se manifiestan en el territorio. Hasta que llegue ese momento les deseo tolerancia y trabajo duro para conseguir el objetivo.

*Rafael Esparza Machín – Experto en el Magreb.


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