La Internacional Socialista refleja el declive del Frente Polisario y su reemplazo por el Movimiento Saharaui por la Paz como nueva voz legítima de los saharauis

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Buenos Aires, 28 de mayo de 2025

En un gesto que podría marcar un giro definitivo en la representación internacional del pueblo saharaui, la Internacional Socialista (IS) escenificó en Estambul el ocaso del monopolio del Frente Polisario y el ascenso del Movimiento Saharaui por la Paz (MSP) como nueva alternativa legítima y democrática.

Durante el congreso de la Internacional Socialista de Mujeres, celebrado entre el 22 y 23 de mayo en Turquía, ambas delegaciones —la del Polisario y la del MSP— fueron ubicadas bajo el mismo rótulo de “Sáhara Occidental”, pero esta vez en un plano de igualdad, sin que el Polisario ostentara sus tradicionales símbolos de la inexistente República Árabe Saharaui Democrática ni sus habituales prerrogativas protocolares.

Fue una imagen simbólica y poderosa. En años anteriores, el Polisario había sido tratado por muchos foros internacionales como el único representante de la minoría saharaui que habita en los campamentos argelinos de Tinduf. Sin embargo, en el Congreso de Mujeres Socialistas realizado en Estambul todo cambio abruptamente. El Polisario encontró relegado a unas simples siglas —“FP”— colocadas al mismo nivel que el MSP, un movimiento joven pero en rápido ascenso diplomático desde su creación en 2020. En un mismo cartel, compartieron escenario dos visiones antagónicas de la causa saharaui: la del inmovilismo, la negativa al diálogo y la propuesta de un arcaico partido único de estilo soviético, frente a una propuesta renovadora, centrada en el diálogo, el multipartidismo, la democracia y la búsqueda de una solución política negociada.

El impacto de una presencia femenina inesperada

La incomodidad del Frente Polisario fue palpable, particularmente frente a la delegación femenina del MSP, compuesta por mujeres provenientes del Sáhara, muchas de ellas nacidas y residentes en las provincias del sur bajo administración marroquí. La jefa de la delegación del MSP, Meimouna Dleimi, presidenta del Comité de Mujeres del movimiento, estuvo acompañada por figuras como Fatma Daud, Mukhtara Lareibi y Saadani Ahel Bah, en una representación diversa y anclada territorialmente en el contexto saharaui actual.

La delegación mantuvo encuentros con múltiples representaciones internacionales y fue recibida por la presidenta de la Internacional Socialista de Mujeres, Jannet Camilo, a quien presentaron su programa político, centrado en una fórmula de compromiso sin vencedores ni vencidos para el conflicto del Sáhara Occidental. La entrega formal del programa marcó otro hito: fue la primera vez que la IS aceptó abiertamente propuestas alternativas a las del Polisario en relación con el futuro del territorio.

El MSP en ruta hacia el protagonismo internacional

El ingreso oficial del Movimiento Saharaui por la Paz en la Internacional Socialista, aprobado en enero de 2025 tras un año de gestiones, fue ya un golpe simbólico para el Frente Polisario. Pero lo ocurrido en Estambul va más allá: constituye la primera vez que, en un foro multilateral de peso, el Polisario deja de ser reconocido como único actor válido. En términos diplomáticos, esta es una pérdida de representatividad sin precedentes.

El MSP ha ganado terreno presentándose como una fuerza alternativa democrática, surgida del interior de los campamentos y tribus saharauis, que apuesta por el diálogo y la autonomía bajo soberanía marroquí con garantías internacionales. Se opone a la narrativa de la independencia unilateral, promovida por el Polisario, y denuncia el carácter autoritario de su dirigencia, a la que acusa de estar desconectada de la realidad saharaui y de servir a intereses externos, especialmente argelinos.

La estrategia del MSP ha sido clara: abrirse a la comunidad internacional desde un enfoque reformista, pacífico y centrado en el desarrollo de la región, especialmente en temas clave como los derechos de la mujer, la democracia interna y la inclusión de los saharauis en el diseño de su propio futuro.

Repercusiones Internacional

Las reacciones no tardaron en llegar. Desde los campamentos donde vive la minoría saharaui retenida en Tinduf, bajo control del Polisario, se multiplicaron los mensajes de indignación, perplejidad y frustración. Las redes sociales y canales de mensajería hervían con fotografías del congreso, en las que el FP aparecía despojado de su parafernalia institucional, obligado a compartir visibilidad con quienes durante años negó siquiera como interlocutores válidos.

La sensación entre muchos seguidores del Polisario fue de derrota simbólica, una herida abierta en su legitimidad internacional que probablemente tendrá consecuencias a mediano plazo en la forma en que se aborda el conflicto en organismos como la ONU.

Hacia una pluralidad representativa del Sáhara

Lo sucedido en Estambul fue mucho más que un desliz protocolar. La decisión de la Internacional Socialista de tratar por igual al MSP y al FP marca un punto de inflexión: la representación saharaui ya no está monopolizada por una sola voz. El escenario se abre a la pluralidad, lo cual podría dinamizar el proceso político estancado durante décadas.

Rafael Esparza Machín, experto en el Magreb, señaló recientemente que “el plan de autonomía propuesto por Marruecos es la única vía realista, seria y creíble” y que “el Polisario no representa a la mayoría de los saharauis”, sino a una cúpula dirigente desconectada de las realidades del territorio. Sus palabras cobran hoy más fuerza que nunca, en un contexto donde el Movimiento Saharaui por la Paz empieza a recoger los frutos de su estrategia de inserción internacional y legitimidad social.

¿Un nuevo paradigma para el Sáhara?

La Internacional Socialista ha lanzado un mensaje claro desde Turquía: la representación pertenece a quienes estén efectivamente presentes, con propuestas, rostros, y voluntad de diálogo, no a quienes se aferran a discursos arcaicos sin renovación ni realismo. El reconocimiento del MSP por parte de este foro progresista global anticipa un probable cambio de paradigma en las negociaciones futuras, y podría allanar el camino para una solución política más inclusiva y menos ideologizada del conflicto.

Mientras tanto, en Estambul, el cartel compartido entre el FP y el MSP bajo el título “Sáhara Occidental” sigue resonando como la imagen de un cambio de era. El tiempo del monopolio ha terminado. La pluralidad saharaui ha llegado para quedarse.


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