Intervención del Primer Secretario del MSP

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Señoras y señores

En esta ciudad de luz, en este enclave de esperanza que es Las Palmas de Gran Canaria, donde las olas del Atlántico besan las arenas de nuestra tierra, nos encontramos hoy reunidos de nuevo  con un solo propósito: la paz. Paz para el Sahara Occidental, paz para su gente, paz para nuestra región.

No es una coincidencia fortuita que Las Palmas, esta ciudad abierta, acogedora, esta tierra de encuentros sea el escenario de un diálogo por la paz. Esta tierra, crisol de culturas, puente entre continentes, ha sido siempre un faro de convivencia, de diálogo constructivo, de entendimiento mutuo.

En primer lugar, queremos mostrar nuestra gratitud a los líderes, a las personalidades políticas, a los intelectuales y a los expertos que han viajado desde distintos rincones del mundo, desafiando distancias y fronteras, para acompañarnos en este esfuerzo común. Gratitud que extendemos a nuestros hermanos y vecinos canarios, cuya presencia es un valioso gesto de apoyo a la paz, a la estabilidad, a la hermandad regional. Gratitud, finalmente, a todos y cada uno de ustedes que, con su presencia, con su compromiso, con su aliento, fortalecen nuestra causa y nos dan la fuerza moral para seguir adelante.

El Movimiento Saharauis por la Paz: Una Tercera Vía

El Movimiento Saharauis por la Paz, como sabéis, nació de una convicción profunda, de una necesidad imperiosa: ser una tercera vía en la búsqueda de una solución justa y duradera al conflicto del Sahara Occidental. Un conflicto que, durante medio siglo, ha sido una sombra oscura sobre nuestra región, perturbando la paz, socavando la estabilidad, truncando la vida de miles de personas.

Durante tres décadas, la Comunidad Internacional, a través del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ha intentado facilitar una solución política al problema. Sin embargo, las posiciones opuestas de las partes y la confrontación entre Argelia y Marruecos han impedido avances significativos, afectando principalmente a los saharauis, víctimas de una guerra que ha causado muerte, exilio y sufrimiento.

Para cambiar esta situación, cientos de exmiembros del Polisario decidimos, junto a decenas de saharauis del territorio, el 22 de abril de 2020, formar una fuerza política independiente llamada “Movimiento Saharauis por la Paz”.  El propósito que nos animaba a todos era  introducir un punto de inflexión en este largo y doloroso contencioso.  En septiembre de 2022 organizamos nuestra primera Conferencia aquí en este mismo sitio para dar a conocer nuestro proyecto. En aquel acto nos acompañaron varios hijos y descendientes de los miembros de la Asamblea del Sáhara de la época de la administración colonial española. Nuevamente nos congratulamos por la presencia en esta sala de una nutrida delegación en representación de todas las tribus del Sahara, a quienes agradecemos su presencia y les exhortamos a acompañarnos con su conocida sabiduría y buen juicio en esta tarea noble que no persigue otro objetivo que salvar a nuestro pueblo del destino incierto al que conducen proyectos destructivos ajenos a sus intereses. Con esta ocasión quiero rendir homenaje a uno de aquellos nobles hombres que ya no está físicamente con nosotros, pero que permanecerá por siempre en nuestra memoria, al igual que sus enseñanzas, sus sabios consejos y su amor por los saharauis. Me refiero a Ahmed  Ould Sidahmed Ould Kmach.

La importancia de recuperar el liderazgo de los notables del Sáhara

El pueblo saharaui posee una rica tradición cultural y social, en la cual los notables saharauis o chiujs, como autoridades tradicionales, han desempeñado, a lo largo de nuestra historia, un papel fundamental garantizando por medio de su  liderazgo la cohesión y  la convivencia de la  comunidad. Sin embargo, con la irrupción del Frente Polisario en la escena política saharaui, se produjo un desplazamiento de estas figuras ancestrales, desplazándolas a un segundo plano y, en muchos casos, marginándolas e incluso reprimiendo algunos de ellos.

El MSP reconoce la importancia de los chiujs en la sociedad saharaui y desde el principio abogo por la restauración de su protagonismo natural. Estos líderes tradicionales han sido, históricamente, los garantes de la paz, la justicia y la cohesión social. Su conocimiento profundo de las costumbres, tradiciones y necesidades de la comunidad los convierte en una fuente invaluable de sabiduría  y por consiguiente en actores indispensables para cualquier proceso de reconciliación y construcción de un futuro próspero.  Consciente de esta realidad, la nueva organización política saharaui promueve un enfoque que combina la modernidad con el respeto a las tradiciones. Busca establecer un diálogo sincero y responsable que incluya a todas las corrientes políticas, a los notables tribales y a los representantes de la sociedad civil saharaui, con el fin de consensuar una salida pacífica y honorable para la tragedia que sufrimos desde hace más de cinco décadas. 

Nuestro objetivo, como indique anteriormente es impulsar una corriente de opinión, un movimiento amplio para influir en el curso de los acontecimientos, salir de la tempestad de la guerra y la confrontación y abrir un camino de esperanza. Optamos por alejarnos del radicalismo y apostar, desde un enfoque moderado y realista, por una solución en la que no haya vencidos ni vencedores, una solución política para un problema político que, necesariamente, ha de  garantizar los derechos fundamentales del pueblo saharaui y su convivencia con Marruecos y los demás pueblos del Magreb.

Estimados amigos, señoras y señores,

La reciente admisión del Movimiento Saharauis por la Paz (MSP) como miembro observador de la Internacional Socialista (IS), marca un hito significativo en la trayectoria de nuestra joven organización, especialmente después de lograrlo tras un periodo de existencia tan corto. Es una progresión que no solo le otorga reconocimiento y legitimidad a nivel global, sino que también amplía su red de contactos con partidos socialistas y socialdemócratas de todo el mundo. La Internacional Socialista, como sabéis, es una plataforma internacional que permitirá a nuestra organización compartir su visión y sus propuestas y ganar adhesiones a su enfoque basado en el diálogo y la cooperación para lograr una solución consensuada del  diferendo. 

Esta nueva posición del MSP introduce una nueva dinámica en la representación saharaui abriendo las puertas al pluralismo y cuestionando la hegemonía del Polisario, una organización surgida en la guerra fría y que medio siglo después aún no ha podido adaptar sus métodos, su discurso ni su pensamiento o filosofía política a los nuevos tiempos. Es un paso decisivo hacia el afianzamiento del MSP como una alternativa alineada con los valores de la libertad y la democracia y los principios de diálogo y paz. Es sin duda un logro que fortalece la posición del MSP  frente al otro movimiento, que ha sido criticado por su intolerancia, su escaso talante democrático, su enfoque intransigente y su dependencia de estrategias y agendas que, no solo no han logrado resolver el conflicto, sino que lo han agravado y empeorado.  El ingreso en esta importante organización posiciona al MSP como un actor clave y legítimo en las futuras negociaciones para resolver el conflicto del Sáhara Occidental y lo convierte en un interlocutor necesario para la comunidad internacional en sus esfuerzos por hallar  un arreglo pacífico y duradero al conflicto.

Una vez más reiteramos nuestro llamamiento en favor de un inmediato e incondicional alto el fuego y la celebración de un debate saharaui sincero y responsable, con la participación de todas las corrientes políticas, incluidos el Polisario, los notables tribales y representantes de la sociedad civil saharaui, a fin de consensuar una salida pacífica y honorable para la tragedia que sufren los saharauis. Del mismo modo que le invitamos para las anteriores Conferencias de Las Palmas y Dakar, hemos vuelto a invitar al Polisario a esta nueva cita en favor del dialogo y la paz. Lamentablemente, la vieja organización ha vuelto a perder otra oportunidad.

Sin embargo, estamos convencidos y ellos  lo deberían tambien que el diálogo y la concertación entre los saharauis, por encima de sus diferencias políticas o ideológicas, son ineludibles si a todos nos anima el deseo sincero de avanzar hacia una solución justa, viable y duradera que preserve los derechos del pueblo saharaui. Nadie en su sano juicio cree que hay otro modo para salir del túnel en el que estamos atrapados desde 1975.

Nadie de la dirección del Polisario ignora la gravedad del momento ni  la premura de una acción urgente para evitar el desastre. Les umpliramos que bajen de la” torre de marfil” y reflexionen por un instante para hacer prevalecer el sentido común y la cordura a partir de una lectura correcta de la realidad geopolítica. No tienen excusa como dirigentes, ni individual ni colectivamente, para continuar esta marcha hacia lo desconocido soslayando toda responsabilidad moral en un contexto de  alto riesgo. Por razones de decencia ningún liderazgo puede ya pedir o forzar los saharauis a soportar más sacrificios y penalidades tras cincuenta años de guerra y exilio.

El proyecto de estatuto

Desde que nos dimos a conocer hace poco más de cuatro años no nos limitamos a repetir frases y soflamas sino que dimo un paso mas  presentando aquí en Las Palmas en el marco de la Primera Conferencia Internacional los lineamientos generales de un plan de solución, plan que ampliamos posteriormente en la Segunda Conferencia por la paz y el dialogo celebrada en la capital senegalesa, Dakar en octubre de 2023. Fueron momentos en los que pudimos probar nuestra determinación y capacidad de sembrar una semilla de esperanza y optimismo a través de una propuesta creíble, realista y viables.

Recordemos, para los que nos acompañaron algunos aspectos de este plan, que consideramos una fórmula tangible para ser negociada con Marruecos, ya sea directamente o a través de la mediación del actual Enviado Especial de la ONU, Staffan de Mistura. Lamentablemente observamos que, este último, en tres años, no ha logrado avances en su misión, probablemente, por no explorar nuevos senderos o meandros tal y como aconsejamos. Esperamos que tanto él como el Consejo de Seguridad actualicen su base de datos y sepan que los elementos y coordenadas sobre las cuales se construyó el plan de paz de 1991 han quedado obsoletos. En estas cuatro décadas han emergido más actores y nuevas realidades que han de ser evaluadas y consideradas para salir del estancamiento. Por nuestra parte, la disposición es plena.

Como indique antes, el  Movimiento Saharauis por la Paz (MSP) ha desarrollado un proyecto de Estatuto que, respetando los símbolos de soberanía del Reino de Marruecos, propone dotar a los saharauis de un sistema político, legislativo y judicial acorde con los estándares universalmente reconocidos en materia de autogobierno. Creemos que esta vía es la que pondrá fin al conflicto, al tiempo que afianzará  la imagen de Marruecos como una monarquía constitucional moderna.

Para los saharauis, sería una experiencia sin precedentes, permitiéndoles gestionar sus propios asuntos mediante instituciones basadas en los valores de ciudadanía, la igualdad y la democracia. Por otro lado, podrán reunificarse en su tierra, ejercer y disfrutar de sus derechos como ciudadanos en lugar de refugiados o apátridas dependientes de ayudas humanitarias o de la caridad. Tendran la oportunidad de participar en el desarrollo de su región, beneficiarse de sus recursos naturales y vivir dignamente en un estado de derecho.

El proyecto se inspira en modelos como el Kurdistán iraquí, Puerto Rico y los estatutos de Cataluña y el País Vasco en España. También considera la propuesta de “amplia autonomía” presentada por Marruecos a la ONU en 2007, que el MSP vio como un buen punto de partida para un compromiso que equilibre los derechos saharauis con los intereses de Marruecos.

El Estatuto propuesto consta de un preámbulo y 54 artículos que definen el marco institucional de la nueva entidad. Su naturaleza y sus competencias a partir de un reconocimiento explícito de la autoridad del Rey según la Constitución marroquí. Defensa y política exterior serían competencias exclusivas del Estado, aunque la Entidad Saharaui tendría algunas prerrogativas en seguridad, orden público y acción exterior, sujetas a acuerdo.

Las leyes se promulgarían en nombre del Rey y es el Rey  quien nombraría al presidente del Gobierno Saharaui propuesto por la Asamblea Legislativa. Ésta estaría  compuesta por 95 parlamentarios elegidos por sufragio universal, con una cuota para la representación femenina. El Consejo de Notables actuaría como cámara alta, integrado por 75 miembros que reflejarían el mosaico tribal, combinando elección directa y la designación  de un tercio por parte del jefe del Ejecutivo.

La amplitud y diversidad de competencias otorgadas por el Estatuto demostrarían la solidez del sistema democrático marroquí como marco de convivencia entre saharauis y marroquíes, y la seriedad del modelo de autogobierno propuesto ante la comunidad internacional. Es esencial que los poderes públicos y las leyes que regirán la entidad estén claramente definidos y garantizados más allá de toda duda.

Las garantías deben ser recíprocas e incluir el respeto al Estatuto y su encaje en la Constitución del Reino, conforme a la propuesta de 2007. Se deberán prever garantías internacionales las cuales, obviamente son necesarias, pero las imprescindibles seran las que lleven el sello de la institución monárquica especialmente en lo que respecta  al cumplimiento de los acuerdos y los mecanismos de arbitraje para dirimir posibles controversias o choque   de competencias entre el Ejecutivo Saharaui y el Gobierno Central.

Los instrumentos de conexión y coordinación

El Estatuto propuesto para la Entidad Saharaui establece mecanismos de conexión y coordinación entre el ejecutivo y las instituciones locales y las del Reino de Marruecos en diversos ámbitos, incluyendo seguridad y acción exterior. Se sugiere la presencia permanente de un grupo de notables y diputados saharauis en las Cámaras baja y alta del Reino, elegidos democráticamente. Además, se propone la asignación a la Nueva Entidad de un puesto ministerial y/o secretarías de estado en el Gobierno Central, así como un cupo en el cuerpo diplomático del Reino.

El Gobierno Central tendría un representante o delegado en la capital de la región y/o un gobernador nombrado por el Rey. Por su parte, el ejecutivo saharaui podría tener una delegación en la capital del Reino, dependiente de la Secretaría para las Relaciones con la Administración Central.

Para fomentar la comunicación y el desarrollo económico, se propone la creación de una empresa pública saharaui para el transporte aéreo con participación de capital privado, dotada de aeronaves de tamaño medio y dependiente de la RAM hasta la formación de las tripulaciones y los equipos técnicos necesarios. El control del espacio aéreo del territorio permanecería en manos de la Administración Central.

Se contempla la inclusión de un canal de TV por satélite y emisoras de radio públicas en las propiedades y medios públicos de la Entidad Saharaui. En educación, se propone la creación de una universidad pública saharaui con facultades y carreras distribuidas entre las dos principales ciudades del territorio, así como el fortalecimiento de los centros de formación profesional. En sanidad, se busca mejorar las infraestructuras de salud pública construyendo más centros de atención primaria y ampliando las especialidades en los hospitales generales.

En cuanto a seguridad, se asignaría a los futuros cuerpos de la Entidad Saharaui la responsabilidad de velar por la seguridad interna y el uso de la fuerza legal para preservar el orden, la estabilidad y la convivencia en el territorio. Se propone la creación de un cuerpo de seguridad profesional para mantener el orden público, el tráfico y la vigilancia de los edificios y bienes públicos. 

Es esencial que el Ejecutivo Saharaui tenga proyección exterior, especialmente en lugares con población saharaui o posibilidades de cooperación. Se propone la creación de una Secretaría para la Acción Exterior y la apertura de oficinas de información o delegaciones en coordinación con las misiones diplomáticas del Reino. Sería recomendable abrir delegaciones en países como Francia, Mauritania, España y otros lugares donde hay comunidad saharaui o haya posibilidades de cooperación y comercio. Además, se debería impulsar la apertura de misiones diplomáticas en el territorio y su acreditación ante el Ejecutivo Saharaui para interesarse por sus proyectos y planes de desarrollo económico e incentivar la inversión extranjera.

En cuanto a la planificación de la política económica y social, se propone definir la población del territorio, el porcentaje de recursos naturales actuales y futuros, así como los ingresos permanentes que servirán como PIB del territorio. También se deben identificar las áreas económicas y sociales gestionadas por la nueva autoridad, así como las transferencias fijas y extraordinarias de la administración central. Es importante tener en cuenta la opinión y los intereses de la Entidad Saharaui en los grandes proyectos u obras de la Administración Central en el territorio, participando en la planificación y asignando cupos en la gestión y mano de obra. Asimismo, se deben considerar las atribuciones del autogobierno en materia de tributación, importación, exportación y todo lo relacionado con los impuestos por aduanas y demás obligaciones fiscales.

El ejecutivo de la Entidad 

En principio podrán ser trece (13) secretarías las que conformarían el futuro gabinete saharaui si así lo aprueba el poder legislativo:

Otras consideraciones

Según lo establecido en la iniciativa autonómica marroquí de 2007, será necesario declarar, una vez avanzada la aplicación del Estatuto, una amnistía general y agilizar el regreso de refugiados y desplazados. Esta medida deberá incluir el perdón real a presos políticos. La entidad saharaui deberá impartir justicia compensando a las familias de víctimas y afectados por la represión en Tinduf, particularmente sobrevivientes y parientes de detenidos en la notoria prisión de Rashid. Una medida similar se propone también para las víctimas de los sucesos de Gdeim Izik.

El retorno de los refugiados que contempla la hoja de ruta debe priorizar a nativos del territorio (registrados en el padrón español de 1974 y sus descendientes). Se sugiere formar una comisión mixta con expertos y asesores notables para definir criterios de reubicación. Ante el posible éxodo desde Tinduf y países vecinos, resulta urgente diseñar un plan de contingencia con apoyo de naciones clave (EEUU, España, Alemania, Francia, Estados del Golfo), entidades financieras y capital privado para crear un fondo internacional de reconstrucción al este de la berma.

Se proyecta construir entre 30.000 y 40.000 viviendas de protección social y generar al menos 50.000 empleos para absorber el desempleo local e integrar a repatriados. La futura entidad debe incluir un rubro específico en sus presupuestos para asistir a huérfanos, viudas y discapacitados producto del conflicto. Esto resultará vital para fomentar confianza, desmovilización y reinserción de exiliados. Las políticas de distribución territorial y los fondos sociales (“el inaach”) requieren reestructuración para optimizar su uso en la reinserción y apoyo a familias vulnerables. La transparencia, equidad en gestión de recursos e implementación de leyes anticorrupción serán fundamentales.

Tras el preacuerdo, se propone un periodo transicional de tres años bajo un ejecutivo provisional designado por la institución monárquica, junto a una comisión para transferir competencias progresivamente. La primera fase concluiría con elecciones y la formación de la Primera Asamblea Legislativa Saharaui. En la etapa final deberá satisfacerse el principio de autodeterminación (puntos 8 y 27 de la Propuesta 2007). Los comicios legislativos con observación internacional actuarán como primer plebiscito, pudiendo seguirle un referéndum ratificatorio.

Esta iniciativa busca conciliar posturas extremas en el proceso auspiciado por la ONU, ofreciendo un enfoque realista que salvaguarde derechos e intereses de todas las partes. La propuesta marroquí, registrada en Naciones Unidas, representa una oportunidad histórica que debemos aprovechar, desde la convicción plena que es lo realmente refleja el sentir mayoritario en 2025.

Conclusiones

Invitamos a la comunidad internacional a respaldar este proceso, y al Polisario a renunciar a posturas extremistas, silenciar las armas y evitar más pérdidas humanas en un conflicto asimétrico e infructuoso. A los líderes sensatos de la organización los instamos a leer correctamente la coyuntura, a tener una visión pragmática, a no perder una oportunidad mas y explorar en la zona del compromiso marroquí relativo a la solución “mutuamente aceptable”. Como dijo Cicerón: “Una mala paz es siempre mejor que la mejor de las guerras”. Aún están a tiempo.

Al Enviado de Naciones Unidas, Sr. De Mistura y también a las autoridades marroquíes les instamos a no defraudar a quienes decidimos romper con el pasado y dar el paso hacia la solución pacífica, hacia el pacto de convivencia. Seria como bendecir que justos paguen por pecadores.

Queridos hermanas y hermanos saharauis, 

amigas y amigos, 

señoras y señores,

Antes de concluir esta intervencion, quiero dejar en sus mentes y corazones un mensaje de esperanza y determinación. El camino que hemos emprendido es difícil, pero es el camino correcto. Como nos advirtió nuestro amigo y gran estadista, el Ex Presidente Jose Luis Rodríguez Zapatero nuestro proyecto es el “proyecto alternativo mas integrador, mas innovador, mas democrático que en este momento existe sobre el futuro del Sahara. Somos hombres y mujeres que hemos sabido superar lo peor de una historia pasada y capaces de poner sobre la mesa lo mejor para el futuro de los saharauis.

Hoy, aquí en Las Palmas, estamos haciendo lo que parecía imposible. Estamos sembrando las semillas de la paz, y con nuestro esfuerzo y dedicación, veremos florecer la reconciliación y prosperidad para todos los saharauis. Cada paso que damos nos acerca más a la paz y nos aleja más del conflicto y sus traumas y estigmas. Que esta conferencia sea recordada como el momento en que decidimos, colectivamente, escribir un nuevo capítulo en nuestra historia. Un capítulo de paz y dignidad y por fin, los saharauis podamos salir del agujero negro, poner fin a la procesión de la muerte, abrazar la vida y recuperar  la esperanza e ilusión de un futuro mejor.

Muchas Gracias.


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