Hach Ahmed Bericalla: “El Movimiento Saharauis por la Paz busca ser el interlocutor de la paz en el conflicto del Sáhara Occidental”
El primer secretario del MSP pasó por los micrófonos del programa “De cara al mundo” en Onda Madrid
El primer secretario del Movimiento Saharauis por la Paz (MSP), Hach Ahmed Bericalla, analizó en el programa “De cara al mundo” de Onda Madrid la III Conferencia Internacional por la Paz y el Diálogo en el Sáhara Occidental, celebrada en las Palmas de Gran Canaria, y la importancia de alcanzar una solución pacífica para el conflicto.
Además, consideró lo puntos aprobados del manifiesto de Canarias.
El Movimiento Saharauis por la Paz en esta conferencia ha presentado sus credenciales con apoyos claros de representantes saharauis, los notables de las tribus y de dirigentes políticos, expertos, personalidades internacionales para que Naciones Unidas reconozca su legitimidad como representante del pueblo saharaui y les incluya en el proceso de negociación de una solución pacífica al conflicto que incluye y apoya la solución de amplia autonomía bajo soberanía marroquí.
Efectivamente, volvemos a Las Palmas para una conferencia más en este esfuerzo por afianzar el Movimiento Saharauis por la Paz (MSP) como una organización política emergente en el escenario saharaui.
Esta vez, además de ese apoyo unánime de los notables tribales, que es una institución de mucho peso en la sociedad saharaui con independencia del juego de los partidos y corrientes políticas, tenemos el respaldo de la Internacional Socialista, organización en la que acabamos de ingresar y la cual es una organización poderosa conformada por 130 partidos políticos de todo el mundo, algunos de ellos socialdemócratas, que ejercen en la actualidad el poder y eso es muy importante.
Es un respaldo a las tesis del MSP que consisten en llamar la atención sobre la necesidad de una solución pacífica, política y, en cierto modo, un llamamiento al Polisario, interlocutor para que se esfuerce en abrir paso a la solución pacífica porque la vía militar es imposible. Ya la hemos puesto en práctica durante mucho tiempo, hemos comprobado sus consecuencias y no tiene sentido seguir poniendo sobre la mesa el cadáver de jóvenes saharauis en una guerra simétrica que no se puede ganar.
Por tanto, lo que dicta el sentido común, es aprovechar el interés aún existente por parte de Naciones Unidas para que se encuentre una solución política con garantías internacionales. Consideramos que la propuesta marroquí de autonomía, aunque todavía no se conoce a fondo, puede ser un punto de partida a partir de la cual se explora una zona de acuerdo con Marruecos.
En esto consiste el mensaje del Movimiento Saharaui. En esta tercera Conferencia se ha conseguido un respaldo unánime, no solamente por parte de los propios saharauis, sino también por parte de representantes de fuerzas políticas muy importantes en la región en Marruecos, en Mauritania, en España, lo que simboliza un buen comienzo para que este enfoque se abra paso y se pueda afianzar de cara al futuro.

¿Considera usted que, tal y como está la situación internacional, todos hablamos de Donald Trump que es la gran figura que, con sus intervenciones a veces un tanto histriónicas, consigue muchas cosas, que se pueda solucionar por fin el problema del Sáhara, que se siente a negociar a Argelia y el Frente Polisario una solución negociada en base a la propuesta marroquí de autonomía?
La irrupción del presidente norteamericano, Donald Trump, en la escena internacional ha supuesto un puñetazo en el tablero internacional y las sacudidas todavía no se han podido establecer como para saber hasta qué punto esto podría también tener consecuencias para la cuestión del Sáhara Occidental.
Evidentemente es un tema menor en la agenda del presidente Trump, pero de cierto modo no deja de ser una zona muy sensible como es el norte de África que lleva ya 50 años inestable como consecuencia del conflicto y cualquier Administración americana le interesará apaciguar la situación y se encuentre un acuerdo de paz que permita despejar esta inestabilidad reinante o imperante en la zona.
Yo francamente no sé si es por olfato político o por capacidad de visión que evidentemente no tengo, pero me da la sensación de que 2025 va a ser un año importante de cara a la solución del problema del Sáhara Occidental. Ojalá no nos equivocamos en nuestros vaticinios y sea esta vez distinto. Todos los años juramos que el año siguiente será el decisivo, pero ahora las condiciones están dadas para avanzar o avanzar los esfuerzos.
Naciones Unidas lleva 30 años involucrada y gastando dinero en esta operación. Yo sé que elementos importantes y dirigentes o quizás políticos próximos a la Administración del presidente Trump están hartos de que se gaste dinero de Estados Unidos en operaciones de paz ilimitadas y prolongadas en el tiempo y eso también en cierto modo es un elemento de presión sobre Naciones Unidas para que se aprieten los cinturones y trate de aprovechar el tiempo que aún le queda con los recursos de Estados Unidos para que se encuentre esta solución. Ese es un elemento importante, que tendrá que procesar los operadores de Naciones Unidas empezando por el secretario general de Naciones Unidas y eso, a mi modo de ver, es un elemento que nos anima a pensar que el año 2025 será un año importante.

Una curiosidad, usted ha enviado varias cartas al enviado especial del secretario general de Naciones Unidas al Sáhara, Staffan de Mistura, pidiéndole que intervenga para parar la muerte de saharauis en esos ataques que hace el Polisario contra Marruecos. Marruecos responde y mueren jóvenes. ¿Le ha contestado o tiene usted algún contacto con el señor Staffan de Mistura?
Sí, tengo la comunicación abierta y en cierto modo comparte mi preocupación respecto a la muerte inútil de jóvenes saharauis en una guerra simétrica. Imagínese simples efectivos en un desierto con armas convencionales frente a la poderosa arma de los drones.
Las guerras ya se libran solamente con drones, la guerra de Ucrania y de Rusia, y también el conflicto que ha surgido en torno a Gaza y el que se extendió al Líbano. Ahí el armamento por excelencia han sido los drones. Por tanto, es una guerra suicida la que están ordenando los dirigentes del Polisario y hemos llamado, en más de una ocasión, a que frenen esta aventura porque, además, no tiene efectos sobre el proceso político y es la razón por la cual pensamos que es una guerra inútil.
Nosotros cuando hacemos este llamamiento lo que le pedimos a Naciones Unidas es que actualicen su base de datos. Los elementos y coordenadas sobre las que se construyó el plan de paz en 1991 están totalmente superados. Han emergido hasta las fuerzas políticas, ha caído el Muro de Berlín, ha habido la Primavera Árabe y este título eterno de representante único y legítimo de los saharauis encarnada por el Polisario ya no tiene sentido. Además, no queremos competir con él en unas urnas para una lucha por el poder.
A lo que nosotros aspiramos es a que nos abran las puertas para ser un interlocutor más en la búsqueda de la paz. Cuando alcancemos ese acuerdo y consigamos la renovación de la paz, le podemos prometer al Polisario que nos retiramos de la escena política y que se quede con los resultados de una elección con el Polisario como única fuerza política presente.
Por lo tanto, la preocupación aquí para nosotros es, como saharauis originarios del territorio, y debo subrayar este tema, este asunto porque la mayoría de los dirigentes del Polisario no son originarios del territorio. Son gente que ha nacido en Marruecos y en Argelia y, por tanto, nada tiene que ver con las inquietudes en la actualidad y las preocupaciones de la población saharaui originaria, la que ha vivido bajo la Administración española.
Por tanto, lo que queremos es que, como representantes de esa población, con el respaldo unánime de los notables tribales del territorio, es que se nos abra la posibilidad de ser interlocutores en el proceso político. Nada más. Y ese es el punto que, en cierto modo, estamos intentando insistir a través de estas conferencias y en este trabajo diplomático que hacemos.

Yo estuve presente en Las Palmas todo el día en esta conferencia y destacaría el aspecto positivo, el plantear soluciones para los ciudadanos. Creo que dentro de lo que fue su discurso, señor Ahmed, usted planteaba cosas concretas para mejorar la vida de los ciudadanos, para dotar de la autonomía que es algo que habrá que negociar con Marruecos, pero ahí yo veo que ustedes dan un paso hacia adelante, superan el rencor, y lo que están buscando es una organización de la sociedad, de la economía, del Estado, de la justicia, de la seguridad, etc., para que el Sáhara tenga una dinámica y permita el mayor bienestar posible para sus ciudadanos.
Tras considerar que la propuesta marroquí presentada en 2007 sin detalles es un punto de partida para explorar una zona de acuerdo, hemos dado un paso más y hemos presentado una propuesta entrando en la exploración de esa propuesta marroquí y hemos querido probar lo que se dice que es la seriedad, la credibilidad y la viabilidad de esta oferta.
Evidentemente, de la misma forma que la pelota está en el campo de Naciones Unidas en lo que respecta a la búsqueda de solución, también están en la parte marroquí. Ahí hay una propuesta que los saharauis o una parte muy importante de los saharauis están dispuestos a explorar en ella y de ahí la presentación de nuestra hoja de ruta en la que hay elementos muy importantes que pueden conducir a un punto de convergencia entre los intereses de Marruecos y los derechos de los saharauis. Y en esto consiste la política. La política consiste en hacer concesiones, dar pasos, esperar una respuesta y, sobre todo, es mucho más sano esforzarse en la diplomacia y la política más que en el terreno militar con ese alto precio en vidas humanas que pagamos los saharauis todos los días.

Una última cuestión. Se aprobó el manifiesto de Canarias con varios puntos: reconocimiento del Movimiento Saharauis por la Paz, inclusión en el proceso político, postura del Gobierno español, responsabilidad de la oposición española, llamada al Polisario para dialogar, y reunificación familiar y desarrollo social. Me pararía en la cuestión de la oposición del Partido Popular que en algún momento tendrá que adoptar una posición. Es un tema de Estado, un consenso con el Partido Socialista y, sobre todo, clarificar su posición hacia el Sáhara y hacia ustedes.
El Partido Popular por ser un partido de Estado, un partido que ha gobernado y que puede gobernar en el futuro, no puede jugar con un tema como es el del Sáhara Occidental a la ruleta rusa, a veces combinando con Bildu, otras veces con fuerzas de la izquierda radical porque, al fin y al cabo, al final cuando llega al poder difícilmente puede tener otra postura en la cuestión del Sáhara Occidental más allá de la defendida por el partido de Gobierno actual. Por tanto, nuestro llamado es a la coherencia, a la sensatez y para que se salga de este círculo vicioso pensando que solamente es el Polisario, solo es Argelia y solamente es Marruecos.
Han emergido otras fuerzas por coherencia con los principios de la democracia y de la libertad de expresión, que tengan tiempo para escuchar los puntos de vista divergentes respecto al Polisario y, sobre todo, que, si han tenido el esfuerzo de poder sentarse y combinar acciones políticas en el Congreso los diputados con Bildu y con otras organizaciones radicales, ¿por qué no son capaces de sentarse con una fuerza política moderada saharaui? Han tenido propuestas conjuntas con Bildu en el Congreso de los Diputados y también con Sumar.
Evidentemente les hemos invitado a las Palmas y de hecho como movimiento se han interrumpido los contactos y la comunicación desde la época del presidente Pablo Casado y echamos de menos que se reúnan esos contactos. En fin, a los dirigentes actuales del Partido Popular les instamos a que no pierdan el norte y que no pierdan sobre todo la esperanza de llegar al poder porque a mí me da la sensación de que prácticamente han perdido la esperanza y eso me preocupa.
El PP es un partido que tiene responsabilidad del Estado, nunca se descarta que puede llegar al poder en las próximas elecciones y por tanto tiene que calcular muy bien sus decisiones políticas. No creo que ellos, si llegan al poder, sean capaces de armar otra política con el norte de África y especialmente con Marruecos que sea distinta a la que está actualmente practicando el Gobierno de Pedro Sánchez.
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