El triunfo de la diplomacia multilateral: de Sharm el-Sheij al Sáhara

Movimiento saharauis por la paz es

El triunfo de la diplomacia multilateral en Sharm el-Sheij abre la puerta a una paz histórica entre Israel y el mundo árabe y ofrece esperanza para resolver el conflicto del Sáhara Occidental con diálogo y consenso

En un mundo con frecuencia ensordecido por el ruido de las armas y el eco de los discursos de odio, la noticia de un acuerdo de paz que logra silenciar “la guerra más atroz e indecente que recoge la memoria humana” no es solo un alivio: es un faro de lucidez en la penumbra. 

El reciente pacto alcanzado en Sharm el-Sheij constituye, sin duda, un triunfo de la diplomacia. Pero su valor trasciende lo inmediato: es una reivindicación urgente del multilateralismo como la forma más útil y eficaz de diplomacia, el único instrumento capaz de armonizar intereses divergentes y ofrecer salidas sostenibles en un mundo interdependiente

Este hito demuestra, contra todo pronóstico fatalista, que incluso en los escenarios más envenenados por el rencor, la negociación y la voluntad política pueden imponerse a la lógica autodestructiva del enfrentamiento. 

Al sentar la primera piedra para resolver uno de los conflictos más complejos y prolongados de nuestra era, no solo se avanza en la convivencia entre Israel y las naciones árabes, sino que se asesta un golpe certero a la llamada “teoría del choque de civilizaciones”. 

Durante décadas, esa narrativa hipnotizó a medio mundo con la idea de un destino inevitable, justificando la inacción y alimentando el miedo al otro. El caso palestino-israelí confirma una verdad incómoda para los apóstoles del conflicto perpetuo: ningún enfrentamiento es insoluble cuando existe una voluntad sincera de diálogo

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Sede del Consejo de Seguridad de la ONU  – REUTERS/ JEENAH MOON

La lección de Sharm el-Sheij proyecta su luz sobre otros dramas aparentemente congelados en el tiempo. El principio es aplicable —salvando las distancias históricas y culturales— a cualquier otro conflicto que parezca eterno. También, y de manera apremiante, al del Sáhara Occidental: una herida abierta que desde hace medio siglo perturba la estabilidad del noroeste africano

La comunidad internacional tiene ahora una oportunidad crucial. A finales de octubre, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá para deliberar sobre la renovación del mandato de la MINURSO y la misión del enviado personal del secretario general, Staffan de Mistura. Los astros parecen alinearse para impulsar decisiones concretas que abran, por fin, la vía a una solución política mutuamente aceptable

Será la ocasión de comprobar, una vez más, la utilidad real de la diplomacia multilateral, no como escenario de discursos, sino como mecanismo capaz de generar consensos, contener tensiones y convertir las aspiraciones de paz en compromisos verificables. 

Sin embargo, como ha demostrado con crudeza la tragedia de Gaza, el camino hacia la paz es un campo minado que exige dejar atrás los radicalismos

Tanto el independentismo intransigente como el nacionalismo de Estado excluyente son lastres que pueden hundir cualquier esperanza de progreso. Solo desactivando los extremos podrán alinearse los “planetas” necesarios para un arreglo que ponga fin a décadas de sufrimiento, exilio y división, especialmente para el pueblo saharaui, el gran perjudicado de este prolongado statu quo

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Intervención de Hach Ahmed Bericalla primer secretario del Movimiento Saharauis por la Paz (MSP) durante la Cuarta Comisión de la Organización de las Naciones Unidas – PHOTO/ATALAYAR

En este contexto, cobra una relevancia monumental el surgimiento de voces que apuestan por la vía pacífica y el diálogo político. La reciente participación, por primera vez, del Movimiento Saharaui por la Paz (MSP) en los debates de la Cuarta Comisión de la ONU encierra un mensaje potente. Representa la madurez de una parte creciente de la sociedad saharaui: una nueva corriente de opinión y liderazgos que se alejan del radicalismo estéril para abrazar el realismo político y el sentido común

Sobre esos cimientos deben construirse la convivencia, el bienestar y la prosperidad compartida

El ejemplo de Sharm el-Sheij no solo ofrece un rayo de esperanza para Oriente Medio; envía un mensaje universal y atemporal: los conflictos más arraigados pueden resolverse cuando la humanidad elige, con valor y convicción, el camino de la palabra sobre el de las armas. 

Hoy, más que nunca, en un mundo fracturado, el diálogo y la diplomacia multilateral cómo la desempeñada por la administración del presidente Trump se confirman no como una opción idealista, sino como las herramientas más pragmáticas y poderosas para labrar un futuro más justo y en paz. 

La lección está servida. Solo nos queda tener la sabiduría —y el coraje— de aplicarla. 

Hach Ahmed Bericalla. Primer secretario del Movimiento Saharaui por la Paz (MSP)

https://www.atalayar.com/opinion/hach-ahmed-bericalla/triunfo-diplomacia-multilateral-sharm-sheij-sahara/20251017101909219498.html


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